El gasto en pensiones se distribuye de la siguiente manera:

– 5.838,4 millones de euros en pensiones de jubilación
– 1.491 millones de euros en pensiones de viudedad
– 864,7 millones de euros en pensiones de incapacidad permanente
– 125,8 millones de euros en orfandad
– 20 millones de euros en pensiones a favor de familiares
En España las pensiones se sitúan en la cifra récord de 9.349.029.

Aumento del coste medio por pensión

Vemos aumentos reflejados en el coste medio que paga la seguridad social por las pensiones.

La pensión media de jubilación subió un 2,18% en términos interanuales, alcanzando a principios de este mes los 1.028,18 euros mensuales.
La pensión media de viudedad se cifró para el mes de noviembre en 632,39 euros mensuales con un aumento del 1,06% en referencia al mismo mes del ejercicio anterior.
Por su parte, la pensión por incapacidad permanente sufrió un incremento interanual del 0,8% alcanzando un coste medio de 924,83 euros mensuales
De la misma manera, la pensión media de orfandad con un incremento de 0,97% se posicionó en los 371,73 euros mensuales en términos interanuales.
La pensión a favor de familiares se situó en 520,46 euros al mes, con un repunte del 2%.

¿Se puede soportar esta situación?

Lo más escalofriante es que a día de hoy la llamada comúnmente hucha de las pensiones ha perdido más de la mitad de su patrimonio.

Con estos datos podéis sacar vuestras propias conclusiones:

En los últimos 10años el gasto medio en pensiones ha pasado de 4.954 millones de euros a 8.340 millones de euros.

El incremento desde 8.099 millones en 2005 a 9.349 millones en 2015 del coste de las pensiones por el aumento desde 611€ de la pensión media de jubilación en 2005 hasta los 1.028€ que cuesta en 2015 están poniendo en entredicho la solidez del sistema que hasta el día de hoy conocemos.
A este dato hay que sumarle la bajada de la población activa ya sea por la salida de jóvenes al extranjero en busca de un trabajo y la llegada en 20 años a la edad de jubilación de la generación del baby boom que ahora oscila entre 38 y 44 años.

Así que básicamente a la vista de esto tenemos que enfrentarnos a escoger tres posibles opciones.

Posible soluciones:

Una posible solución, aunque dura, sería subir los impuestos y cotizaciones a las nuevas generaciones para asegurar el estado de bienestar.
Otra idea es reducir las pensiones de una manera significativa.
Y por último, la más optimista, sería que tuviésemos una cifra de paro cercana al pleno empleo y los salarios de los trabajadores fuesen más altos, con el consiguiente incremento de las cotizaciones, actualizando las pensiones en menor proporción al aumento de los salarios.